El apagón nuclear en Japón es ya un hecho. Desde Fukushima, desastre comparable con Chernobyl, Japón empezó a apagar sus 54 reactores atómicos y en la actualidad sólo hay dos de ellos en marcha. El país ha aumentado significativamente la importación de fuel-oil, gas y carbón para cubrir las necesidades energéticas que antes obtenían de las centrales nucleares y que hace un año se estimaba en el 30% del consumo total eléctrico en Japón, y que ahora tendrá que ser sustituido por otras alternativas.
Dado el cambio en el consumo energético, el apagón de 52 centrales nucleares de las 54 existentes, ha tenido grandes consecuencias económicas para Japón, hasta el punto que ha tenido el primer déficit comercial desde 1980, que ha ido en aumento a medida que se han ido parando las centrales nucleares. A día de hoy, tan sólo permanecen funcionado dos de ellas, aunque sólo hasta mayo de este año, fecha en la cual tienen previsto que estas dos últimas queden también cerradas.
Los habitantes se mueven entre el alivio de librarse de las posibles consecuencias de otro accidente como el de Fukushima, y la carencia laboral que ha supuesto el cierre, puesto que ya se nota la falta de muchos empleos y beneficios de estas centrales nucleares. La situación, además, alcanzará su nivel crítico en unos meses, cuando el consumo energético es mayor debido sus veranos húmedos y calurosos.
Por mucho que la mayoría de los japoneses apoyen ahora el desarrollo de las energías renovables en contraposición de las nucleares, un cambio tan drástico puede no ser viable a nivel económico, pero aún así miles de personas continúan manifestándose y pidiendo al gobierno que abandone la energía nuclear. Estas movilizaciones en Tokio coinciden con el aniversario del desastre que azotó Japón el año pasado, el tsunami que golpeó la central nuclear de Fukushima y que desencadenó la peor catástrofe nuclear desde Chernóbil, en abril de 1986.
Mientras, aún a día de hoy, Fukushima continúan las labores para tratar de mantener estable la central nuclear y es que, a pesar de que Japón es uno de los países mejores preparados para afrontar movimientos sísmicos, el terremoto ocurrido hace un año tuvo tales dimensiones, que no pudo minimizarse la catástrofe. TEPCO, Tokio Electric Power, la responsable de la central de Fukushima pide disculpas por la tragedia y manifiesta que mantendrán los esfuerzos para garantizar que esta central continúe estabilizada y por hacer llegar a los afectados las compensaciones económicas debidas.
Habrá que esperar para ver si otros países toman como ejemplo a Japón en la eliminación de centrales nucleares, o si es necesario que ocurra un desastre en su propio territorio para que comiencen a poner medidas al peligro que suponen las mismas. Siempre será más deseable una transición más suave a las energías renovables, evitando el tremendo golpe económico al que necesariamente se va a enfrentar Japón, pero para eso, por supuesto, hace falta tomar medidas en la actualidad, tanto a nivel político, como sociológico y técnico, y no cuando nos veamos forzados a hacerlo por un desastre nuclear.
martes, 27 de marzo de 2012
Apagón nuclear en Japón
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