miércoles, 30 de agosto de 2017

Detectan residuos de un vertido de cesio radiactivo en la central de Garoña

La última inspección realizada en la central nuclear de Garoña ha detectado el rastro de un antiguo vertido de cesio radiactivo junto al almacén temporal de bidones y residuos de la central, que "no se detectó en su momento o no se descontaminó adecuadamente".
La contaminación fue hallada el pasado 20 de junio, durante una inspección rutinaria, debajo de tres contenedores de hormigón sin moverse desde 2009, según refleja el último acta de la reunión plenaria del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) publicada en su web este lunes.
La contaminación de cesio-137 afectaba a unos 2 metros cuadrados de suelo y durante su retirada se sacaron de dicho área dos bidones de tierra, según se explica en el acta, donde también se afirma que "aparentemente se trata del rastro dejado de un derrame producido hace muchos años del que no queda constancia documental". . Leer más...

miércoles, 2 de agosto de 2017

El próximo problema de la central nuclear de Garoña: no hay almacén para tanto uranio

El gran problema ahora para Nuclenor, gestores de la planta de Garoña, será que hacer con los residuos de la central, que incluyen el combustible ya empleado en el reactor y que, en total, superan los varios miles de toneladas.
Según el Plan de Gestión del Combustible Gastado de C.N. Santa María de Garoña, un documento interno de la Empresa Nacional de Residuos (Enresa) obtenido por El Confidencial mediante una petición al Portal de Transparencia, la empresa valoraba a finales de 2011 cuatro alternativas sobre qué hacer con el uranio consumido para producir electricidad, todas ellas condicionadas a la construcción del Almacén Temporal Centralizado en Villar de Cañas (Cuenca).
Las cuatro opciones
Aunque Enresa se negó a facilitar a este periódico información acerca de la disposición de la piscina o el inventario de combustible gastado, sí que reveló las opciones que en aquel momento -meses antes de que Endesa e Iberdrola decretaran el cese de operaciones- barajaban como vías de gestión: esperar hasta que el ATC estuviera operativo y trasladar allí los residuos directamente desde la piscina, almacenar los residuos en un Almacén Temporal Individualizado, bien parcialmente o en su totalidad, o reprocesar el combustible y enviarlo al emplazamiento de Villar de Cañas.
Aunque la piscina es, en sí misma, un almacén, el propio informe descarta mantener el combustible allí durante un tiempo prolongado: "La solución de utilizar infraestructuras existentes es de viabilidad dudosa", indica este análisis. Inicialmente, se contaba con que el ATC de Villar de Cañas estuviera listo para 2017 ó 2018, por lo que el almacén de Garoña estaba previsto para cobijar de forma provisional el combustible de la central. Pese a esto, en el plan de gestión Enresa recomendaba que se solicitara una licencia "para la totalidad del combustible, teniendo en cuenta que el elemento más costoso, que es el propio contenedor, es por principio modular y el esfuerzo de licenciamiento y coste de la infraestructura no varía mucho con el tamaño".
En septiembre de 2015, el BOE detallaba la declaración de impacto ambiental del ATI de Garoña, uno de los requisitos legales para llevar a cabo el proyecto. En esta disposición se describían las características del futuro almacén: 32 contenedores cilíndricos ENUN 52B con un peso -una vez cargados de combustible- de unas 70 toneladas cada uno. Esto daría una capacidad total de alrededor de 2.256 toneladas, insuficientes ante las 6.079 toneladas de residuos radiactivos previstas por Enresa.
En comparación, la central de Trillo dispone de un ATI con capacidad para 80 contenedores.
Existe además otro problema. Los contenedores ENUN 52B están diseñados para usarse con dos tipos específicos de combustible (GE-6 y GE-7), pero no se indica qué ocurrirá con los otros tipos (GE-4, GE-5, GE-8, GE-10, GE-11 y GE-14) presentes en el reactor. En el caso de Garoña, hay un total de 2.505 elementos de los que solamente 594 son aptos para estos contenedores.



El último acta de inspección realizada por los inspectores del Consejo de Seguridad Nuclear a la central, del 24 de mayo de 2017, explicaba que el titular de Santa María de Garoña tenía previsto comenzar a cargar en el ATI los primeros cinco contenedores con combustible gastado en el primer semestre de 2018, algo que parece impracticable a fecha de hoy.
Desde el CSN advierten que la historia está lejos de terminar. "Nosotros ni aprobamos ni desaprobamos, sólo somos asesores del gobierno sobre ese ATI", explican a Teknautas fuentes del consejo. En 2013, el CSN ya emitió un informe favorable a la construcción del almacén, denominado Informe de Ejecución y Montaje, "pero aún nos falta por emitir un segundo documento, que está en fase de evaluación y por tanto no se puede comunicar nada aún sobre el mismo".
"Informe Preceptivo y Vinculante para la Autorización de la Modificación de la Autorización, así se llama", indican estas fuentes. De este análisis, de farragoso título y seguro que apasionante contenido, dependerá que en los próximos meses pueda desbloquearse la situación de un desmantelamiento que, según el ministro Nadal, comenzará "inmediatamente".
A día de hoy, en Santa María de Garoña, no hay almacén para tantos residuos radiactivos.as
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Ahora toca forzar el proceso de desmantelamiento de Garoña

Tras la decisión anunciada el 1 de agosto de 2017 del cierre de la central nuclear de Santa María de Garoña, se abre un largo y complicado proceso para proceder a su desmantelamiento.
El ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, estimó una horquilla de tiempo de entre 13 y 16 años . Por su parte, el que fuera responsable del desmantelamiento del reactor nuclear Vandellós I, José Ramón Armada, ha afirmado en Radio Euskadi que podría prolongarse durante más de 15 años.
Estos son los pasos a dar:
DECLARACIÓN DE CESE. La central debe ser declarada en situación de cese definitivo de explotación. El Consejo de Seguridad (CSN) redactará un informe y, posteriormente, el Ministerio de Energía se emitirá la declaración.
PREDESMANTELAMIENTO. A partir de ahí, se abre un periodo previo de desmantelamiento. Durante este tiempo, el titular de la central, Nuclenor, debe realizar algunas tareas. En primer lugar, ha de decidir qué hacer con todo el combustible de alta actividad gastado por la central a lo largo de estos 43 años, que en la actualidad está guardado en la piscina de Garoña. Aunque su destino final debería ser el Almacén Temporal Centralizado (ATC) que el Gobierno español pretende construir en Villar de las Cañas (Cuenca), éste lleva paralizado más de cinco años. Así, Nuclenor podría optar por trasladar a un Almacén Temporal Individualizado (ATI) o una planta en el extranjero.
Además, deberá acondicionar los residuos radiactivos de baja y media actividad. Estos residuos se enviarán al almacenamiento permanente de El Cabril (Córdoba), para su tratamiento y custodia hasta que su radiactividad desaparezca.
DESMONTAJE Y DESMANTELAMIENTO. Garoña pasa a ser titularidad de la Empresa estatal de Residuos (ENRESA), que se hará cargo de su desmontaje y desmantelamiento. En esta fase, se retirará el reactor y se procederá a una descontaminación para recuperar los terrenos.
Una vez terminen las actividades desmanteladas, se acometerá el plan de restauración del emplazamiento que tendrá que ser verificado junto con el resto de las condiciones técnicas que se establezcan. Después de ese proceso, el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital deberá emitir la declaración de clausura.
LIBERACIÓN DEL EMPLAZAMIENTO. Los terrenos donde se asentaba la central pasarán nuevamente a manos de Nuclenor. El lugar podría ser utilizado para cualquier uso que estime su propietario, aunque el Ministerio puede establecer restricciones de uso.
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Enresa prepara la documentación para el desmantelamiento y la transferencia de titularidad de Garoña

Enresa entra en proceso de preparación de la documentación necesaria para la solicitud de autorización de desmantelamiento y la transferencia de la titularidad de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) y llevará a cabo las actividades preparatorias del desmantelamiento, en conjunción con el actual titular de la instalación, Nuclenor, una vez que el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital confirmase ayer que denegará la continuidad de explotación de dicha central.
Dicha confirmación inicia un periodo de transición hasta la transferencia de la titularidad de la central a Enresa. Durante este proceso, la titularidad exclusiva de la instalación continuará siendo de Nuclenor.
A lo largo de este periodo, Nuclenor deberá, entre otras labores, acondicionar los residuos operacionales, efectuar la descarga del combustible gastado de la piscina a los contenedores suministrados por Enresa para su disposición en el Almacén Temporal Individualizado (ATI) de la central, como paso previo a su remisión al Almacén Temporal Centralizado, cuando éste se encuentre disponible, así como colaborar con Enresa en el conjunto de las actividades preparatorias para el desmantelamiento.
Enresa, por su parte, inicia la preparación de toda la documentación necesaria para la solicitud de autorización de desmantelamiento y la transferencia de la titularidad. El proceso administrativo que seguirá Enresa para poder asumir la transferencia de titularidad de la central y poder comenzar el proceso de desmantelamiento se resume en estos pasos genéricos.
– Presentación al Consejo de Seguridad Nuclear del estudio básico de estrategias para el desmantelamiento de la central por parte de Enresa al Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital.
– Presentación del Plan de Desmantelamiento al Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital y al CSN, solicitando la autorización de desmantelamiento.
– En paralelo al punto 3, anterior, presentación del Estudio de Impacto Ambiental.
– Solicitud de la autorización prevista en el artículo 37 del Tratado de Euratom, donde se evalúa el posible impacto transfronterizo.
Este proceso administrativo culminará con la obtención del informe favorable del Consejo de Seguridad Nuclear al Plan de Desmantelamiento y la consiguiente autorización del Ministerio de Energía de la transferencia de titularidad de la central nuclear a Enresa para el inicio de la fase de desmantelamiento.
Enresa tiene una singularmente amplia experiencia en el desmantelamiento de instalaciones nucleares, tras los trabajos realizados en las centrales nucleares de Vandellós I (Tarragona) y de José Cabrera (Guadalajara), actualmente aún en fase de desmantelamiento, y en el reactor experimental del CIEMAT.
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martes, 1 de agosto de 2017

Garoña: behar bezala baloratzen jakin behar dugun garaipen handia

Alvaro Nadal Energia ministroak gaur eguerdian adierazi duenez, Gobernuak ez du Garoñako zentral nuklearra hustiatzen jarraitzeko baimena luzatuko. Beraz, zentralak itxita jarraituko du, oraingoan behin betiko.
Garaipen handia da, ezbairik gabe. Seguru asko inozo samarra litzateke pentsatzea garaipen hau soil-soilik herri-borrokaren ondorio dela, baina ukaezina da Gobernuak gaurko erabakia hartzeko ERABAKIGARRIA izan dela urteetako herri-borroka. Batzuetan oihartzun handia lortu du; besteetan, berriz, txikia, baina etengabea izan da, eta azkenean frutuak eman ditu.
Adi, hau ez baita bukatu, ordea. Orain bermatu egin behar da zentrala benetan eraisten dela, iruzurrik onartu gabe. Gogoan izan, alde horretatik, aurtengo aurrekontu orokorretan partida bat onartu zutela Garoñan hondakin erradiaktiboen “behin-behineko” biltegi bat egiteko. Paradoxa ederra litzateke: zentrala ixtea eta, horren ordez, biltegi nuklearra ezartzea Garoñan. Bestalde, adi egon beharko da Nuclenorrek ageriko edo isilpeko kalteordainik jaso ez dezan, eskubiderik ez du eta. Eta, halaber, Garoñako inguruan garapen sozio-ekonomikoa sustatzeko plan bat errebindikatzen jarraitu beharko da.
Baina hau guztia kontuan hartuta ere, guk ez dugu duda egiten: garaipen handia da, eta Euskal Herria nahiz planeta bizigarriago bat nahi dugunok badugu gaur, merezimendu eta zilegitasun osoz, gainera, zer ospaturik. Zorionak!
Eguzki, 2017ko abuztuaren 1a .
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Garoña: una victoria que hay que saber valorar en su justa medida

El ministro de Energía, Álvaro Nadal, ha asegurado hoy al mediodía que el Gobierno no renovará la autorización de explotación de la central nuclear de Garoña, lo que significa que la planta quedará definitivamente cerrada.
Sería ingenuo pensar que esta victoria, porque, en nuestra opinión, como tal ha de tomarse, ha sido fruto única y exclusivamente de la presión popular, pero a nadie puede quedarle la menor duda de que la presión popular, ejercida de forma continuda durante décadas, unas veces con más eco y otras con menos, ha sido determinante.
Ojo, que esto no ha acabado. Ahora debe verificarse el desmantelamiento efectivo de la central, sin que nos den gato por liebre. En ese sentido, es preciso recordar que en los presupuestos generales de 2017 existe una partida para instalar un almacén temporal de residuos radiactivos en Garoña. Habrá que estar alerta, no vaya a ser que la central, efectivamente, quede cerrada, pero, en contrapartida, se convierta en un cementerio nuclear. Paralelamente, hay que reivindicar una alternativa socioeconómica para la zona.
Ahora bien, sin bajar la guardia, no nos cabe duda de que quienes aspiramos a una Euskal Herria y un planeta más habitable tenemos motivos legítimos para celebrarlo.

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