domingo, 8 de enero de 2012

Unos venden negocio particular, otros exigimos seguridad y precaución sobre el fracking

En Euskadi, los proyectos de investigación habían pasado desapercibidos hasta que, el pasado 14 de octubre, el lehendakari, Patxi López, anunció prospecciones en Araba durante una visita en Dallas (EEUU) a un campo de extracción de gas natural de la compañía Heyco, socia del proyecto con la Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi. Según López, si se confirmaran los datos, el hallazgo equivaldría a unos 180 bcm de gas, lo que supone el consumo de gas en España durante cinco años (60 años, en el caso de Euskadi). El problema radica en que para llegar ahí hay que atravesar el acuífero subterráneo de Subijana, el mayor de Araba.

El Gobierno vasco se ha encontrado ya con la oposición de la plataforma Fracking Ez Araba, recién constituida. La primera problemática es que las autorizaciones de investigación para la perforación de tres pozos, localizados en Vitoria, se han concedido sin una evaluación de impacto ambiental.

En el caso de los dos primeros pozos previstos, de 5.150 metros y 5.300 metros de profundidad, el Ministerio de Medio Ambiente resolvió, ya en marzo de 2010, para no exigir una evaluación de impacto ambiental, que "los impactos esperados por la perforación son de poca magnitud y complejidad". Y el pasado 21 de noviembre, llegó a la misma conclusión sobre el tercer pozo previsto en Vitoria, de 4.864 metros de profundidad: "No es previsible", arguye, "que el proyecto para la exploración de hidrocarburos () vaya a producir impac-tos adversos significativos".

La plataforma Fracking Ez Araba no entiende cómo, ante una técnica tan discutida en Europa y por expertos científicos de todo el mundo, el Ministerio de Medio Ambiente ni siquiera haya considerado preceptiva la evaluación de impacto ambiental para hacer la exploración: "La única diferencia entre la exploración y la explotación del pozo es que en esta última se almacena el gas extraído ya en la superficie y ahora lo tendrán que que-mar", asegura Andrés Illana.

Este movimiento teme que un error provoque la contaminación del acuífero de Subijana, "el mayor recurso de agua que tenemos". Su cuenca se extiende sobre 170 kilómetros cuadrados, hasta la frontera con Burgos, y sus aguas se usaron para paliar la sequía que sufrió Euskadi en 1990.

Recurso de Vitoria
La plataforma Fracking Ez Araba ha reclamado ya al Ayuntamiento de Vitoria, que este año es Capital Verde Europea, que no conceda la licencia de actividad a las empresas promotoras ante la falta de la evaluación de impacto ambien-tal. Confía en que el Consistorio no dé, al menos, la licencia hasta la celebración de unas jornadas sobre fracking, previstas para febrero. Precisamente, ayer mismo, el alcalde de Vitoria, Javier Maroto (PP), anunció un recurso contra la decisión de no exigir una evaluación de impacto ambiental para llevar a cabo dichas prospecciones en Subijana.

El viceconsejero vasco de Industria y Energía, Xabier Garmendia, defiende la posición "matizada" del Gobierno de Patxi López sobre el gas de esquisto. Según su explicación, el Ejecutivo no ha tomado ninguna decisión sobre su explotación, sino que ha promovido su investigación. "Esto es muy importante, porque el proyecto de explotación no se va a autorizar si no cumple tres condiciones: la viabilidad técnica, la viabilidad económica y la viabilidad medioambiental. Se tiene que demostrar que se puede hacer sin peligro para el medio ambiente".

A juicio de Garmendia, el hecho de que el Ministerio de Medio Ambiente autorizase investigar los tres pozos sin una evaluación ambiental no resulta trascendental por dos razones. La primera, según esgrime, es que la Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi ya realizó un estudio que se asemeja a una evaluación de impacto ambiental: "La diferencia es mínima".

La segunda razón, según el viceconsejero de Industria y Energía, radica en que, en el supuesto de que se produjera un "desastre" en la perforación de un pozo, su "impac-to sería mínimo y asumible por el medio. Esto no es una explotación, sino un experimento. Estamos hablando de un pozo, mientras que en una explotación hablaríamos de cientos de pozos".

Según Garmendia, la investigación sobre el gas de esquisto en Araba se limitará por ahora a dos pozos en Vitoria y, si su estudio arroja "resultados concluyentes", no se investigará el tercero y último autorizado por el Ministerio de Medio Ambiente.

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