Cuando apenas queda un mes para que se cumpla un año de la catástrofe nuclear más importante de la última década, la central nuclear de Fukushima sigue estando activa. Prueba de ello es que este fin de semana se han producido al menos 14 fugas de agua en distintos puntos de la central.
Estos escapes se han producido debido a una ruptura en las cañerías del sistema de refrigeración, lo que ha provocado que este proceso se haya tenido que ver interrumpido. No es la primera vez que el sistema de refrigeración de la central es el que provoca un estado de amenaza. Por lo tanto, no entendemos como Tepco, la compañía eléctrica de Tokio que es la encargada de controlar los posibles escapes radioactivos de la central, no ha prestado la suficiente atención a este sistema, tal y como ellos mismos han admitido.
Lo que más nos preocupa es que los fallos en el sistema de refrigeración son algo habitual en las centrales nucleares que aún se encuentran en activo y que no han sufrido ningún daño por causa de terremotos… Como ejemplo podríamos poner la obsoleta Santa María de Garoña, central que tiene un sistema de refrigeración con numerosas deficiencias y que en su funcionamiento diario provoca la contaminación térmica del río Ebro. Pero, ¿qué pasaría si al igual que ha ocurrido en Fukushima se rompiera una cañería de este sistema? aunque algun@s pueden pensar que esta situación es difícil que se de en una central en activo no lo es tanto en una central con las características de Garoña. Es decir, en una instalación obsoleta en la que los elementos básicos como los materiales de los tubos, vasijas del reactor, válvulas, bombas de control no son revisados. No por lo menos en las famosas pruebas de estrés llevadas a cabo por el Consejo de Seguridad Nuclear.
Por lo tanto, este nuevo impacto sobre el medio ambiente deja claro que los desastres nucleares tienen efectos de larga duración tanto sobre el medio biótico como sobre el medio abiótico. Además, hay que recordar que el radio de acción de estos impactos es enorme y que sus consecuencias son visibles después de décadas de que se haya producido las emisiones radioactivas.
Por eso, desde Eguzki queremos pedir una vez más el cese de la energía nuclear por ser ésta insegura y peligrosa tanto para nosotr@s como para las generaciones futuras.
lunes, 30 de enero de 2012
EGUZKI denuncia las fugas de la central de FUKUSHIMA
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