jueves, 30 de julio de 2020

Eguzki ante la anulación del impuesto castellano sobre Garoña, reclama la ejecución del plan de desmantelamiento y reactivación económica de su entorno

Eguzki, ante la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) que ha anulado el impuesto de la Junta de Castilla y León establecido desde 2018 por la carga ambiental que supone el almacenamiento temporal de los residuos nucleares de la central de Santa María de Garoña, mediante esta nota de urgencia, quiere manifestar: En primer lugar, Garoña no solo afecta ambiental y económicamente a comarcas de Castilla León, existiendo cuadrillas de la provincia de Álava que también deben de ser consideradas en la necesaria reactivación económica de la zona afectada. Por otro lado, Garoña no puede ser moneda de cambio ni de conflicto político y judicial entre gobiernos y administraciones, y no deben ser compensadas por daño ambiental sino por la planificación en las fases de desmantelamiento de la central nuclear. En marzo de 2013 y por decisión propia de la compañía propietaria, Nuclenor (participada al 50% por Endesa e Iberdrola), paró temporalmente la planta con el fin de no acometer las reformas que el CSN le exigía ni pagar los impuestos establecidos. También, es preciso recordar que el Ministerio de Industria daba ya por descontado su reenganche a la red eléctrica, según el informe de sostenibilidad ambiental de la planificación del sector eléctrico 2015-2020. Todo acordado, pactado y sin prejuzgar ni el modelo ni la seguridad de Garoña. Y vino el presidente de Iberdrola y mandó parar, dando un gran titular para alegría de quien quiere descartar la loca idea de reabrir y explotar Garoña, mirando su cuenta de resultados, of course, no el modelo energético ni la seguridad de la población. Según los preocupantes resultados arrojados por el Estudio sobre la Pobreza Energética en el Estado español realizado por la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA), ya en 2012 uno de cada tres hogares cuyos miembros están en paro se encontrará en situación de pobreza energética. Y el Señor Galán, en vez de preocuparse por la seguridad de las plantas nucleares o la pobreza energética, lo hace por su rentabilidad. Tras incluir en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para el año 2017, una partida de 3,4 millones de euros para un sistema de almacenamiento temporal en Garoña, según los datos de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa), la estrategia que preveíamos de despiste, engaño y negocio del Señor Galán, parece ver la luz, tras el recurso del Gobierno central y sentencia que beneficia, casualidad a Iberdola. El presidente de Iberdrola, que cobró en 2016 nueve millones trescientos cincuenta y un mil euros, una vez más, ha venido negociación el desmantelamiento, la planta de almacenamiento temporal, y ahora recursos para recibir fondos públicos o no pagar impuestos, en proporción a sus beneficios. Por ello, desde el grupo ecologista y antinuclear Eguzki volvemos a observar que la compensación a la zona afectada por las cargas ambientales que soportan no se hace por defectos y recursos entre administraciones que deberían estar al servicio del interés general, y no aportar recursos para este almacenamiento, sino mediante la debida reactivación de la zona que se debe desarrollar en el plan de desmantelamiento. Además, Eguzki, frente al servilismo que las administraciones muestran, con recursos defendiendo Iberdrola y el lobby nuclear, quiere reclamar una apuesta decidida por un nuevo modelo energético, cortando con empresas como Iberdrola y Endesa y apostando por energía renovable. En este sentido, hacemos llamamiento a personas, colectivos, e instituciones para adquirir el compromiso con la energía renovable, limpia, segura y comprometida con la ciudadanía, cambiando responsablemente nuestro consumo, hasta cambiar el modelo actual. En Vitoria- Gateiz a 30 de julio de 2020

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