sábado, 24 de septiembre de 2011

Eguzki denuncia la complacencia y farsa del Sr. López en su presentación de la estrategia EcoEuskadi 2020

El pasado jueves, el Sr. López, en la presentación de la Estrategia de Desarrollo Sostenible de Euskadi, EcoEuskadi 2020, realizada en el Palacio Artaza de Leioa (Bizkaia), afirmó que nuestra sociedad es la vanguardia del desarrollo sostenible.
En primer lugar, tenemos que denunciar el discurso vacio, teórico e irreal, sobre el proceso participativo realizado una vez más, pues la sociedad, y en especial, los colectivos que trabajamos en defensa del medio ambiente, no compartidos ni los discursos que se apropian de la sensibilidad ecologista, ni la forma de cara a los medios en que se presentan. Este es otro ejemplo más de su autobombo publicitario, muestra de objetivo teatral y de apariencia, o modelo insostenible de las instituciones para con otros pueblos y para con nuestra sociedad y entorno.


La presencia de algunas personas complacientes, mitad técnicos dependientes, mirad deudores por amigismo del poder, con muchas de ellas encorbatadas, como imagen de casta no representativa de la ecología, muestra la sociedad de canapé, opulenta, alejada de la realidad y de la sensibilidad medioambiental. Este Gobierno acuerda hacerse la foto, con palabras grandilocuentes robando el discurso verde sin sentirlo ni creerselo, sin compromiso o cocherencia, pues papel que como sabemos, todo lo aguanta y dicha farsa sale en los medios como discruso oficial.

Un modelo de desarrollo capitalista, el de este gobierno, que debe ponerse en cuestión, y no sólo discursos. Mientras, en el día a día, su política es el desarrollo como crecimiento desmedido, la explotación de los pueblos y recursos, autopistas por doquier, la metropolización del espacio a costa del mundo rural, la proliferación indiscriminada de grandes superficies comerciales, la apuesta energética con nucleares como Garoña, térmicas como las Pasaia, Zanturtzi, Zornotza, y los mega parques eólicos en todas las cimas de nuestros montes, el TAV, las incineradoras de Zubieta o Zabalganarbi, la red de alta tensión, el consumismo desaforado con macrocentros comerciales, etc.

El Sr. López vuelve la vista veinte años atrás a la Conferencia de Rio para hacer una utilización indiscriminada del concepto de desarrollo sostenible, sin la necesaria implementación de políticas reales y efectivas para paliar la insostenibilidad del actual sistema económico. Por ello, para Eguzki, la retórica sobre el desarrollo sostenible vuelve a ser, una vez más, una auténtica cortina de humo, donde lo que verdaderamente se ha perseguido es hacer sostenible lo insoportable.

Frente a ello, las personas sensibles y conscientes, defendemos una revisión del modelo de vida, un crecimiento en calidad y en valores, en respeto al entorno, en tiempo y valoración de lo inmaterial, en solidaridad entre personas y pueblos, en reducción del consumo y de la huella ecológica, en relaciones sociales y en trabajo comunal compartido. Este es el camino que tenemos marcado desde Eguzki, y que hacen creíbles las palabras al respecto.

A juicio de las personas que hemos reflexionado y componemos Eguzki, resulta imprescindible un cambio de valores, de uso y explotación de los recursos naturales, por ser limitados y finitos, así como la reducción del consumo de energía y de generación de residuos, fruto de consumos innecesarios, y una forma de producción sobre el uso que no hipoteque ni los recursos ni el legado o huella ecológica que dejemos a las futuras generaciones.

Para López, EcoEuskadi es un deseo por una metropoli o conurbe destuyendo y despreciando la tierra y el mundo rural, sin criterio sostenible con nuestro bien más preciado, la tierra, urbanizando y despreciando los pueblos y el sector primario, con sus efectos naturales y de identidad historica y culturales que deben preservarse, o lo que es lo mismo, sustentable o sostenible.


Apuesta por “alcanzar a ser una de las regiones más avanzadas basada en el crecimiento,” vanguardia de un discurso de nuevo modelo de progreso, cuando no cuestiona este denominado progreso, puesto que en vez de avanzar es necesario parar, en vez de crecer, repensar y reducir consumos y desplazamientos, en vez de ponernos en primera línea de la salida, respetar a todos los pueblos, en vez de competir, compartir.

No resulta coherente ese discurso sobre el modelo con un transporte desaforado, que imposibilita la supuesta pretensión de reducir en un 20 por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero, o ahorrar un 20 por ciento en el consumo energético cuando se impulsa un modelo dependiente e impulsor del mayor consumo con todos los productos.

La contradicción se evidencia en el caso de las energías renovables, con una apuesta o deseo por incrementar al 17 por ciento el actual porcentaje, cuando en la actualidad cubren el 6,7% de la demanda energética vasca, es decir, la mitad del objetivo fijado para el año 2010 a comienzo del milenio. También choca con la realidad ese eterno ataque a los productos y comercio local y de proximidad, apostando por macrocentros comerciales y de ocio en el extraradio de las ciudades.

Por todo ello, Eguzki denuncia este discurso vacio, incongruente e incoherente, irreal y que robando el discurso verde, choca con los conflictos medioambientales actuales. Además, este gobierno no cuestiona el modelo socio- económico causante de la explotación de nuestros recursos y de la explotación de otros pueblos, ni adquiere un compromiso personal real, efectivo y práctico, revisable por la sociedad civil en su ejecución paso a paso, para hacer menos discursos y establecer una planificación creible en la sostenibilidad del medio ambiente, en vez de ofrecer palabras huecas y marketing verde.

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