El debate sobre las ubicaciones de centrales eólicas en los montes de nuestro Territorio ya se cerró hace una década, y fue el propio Parlamento Vasco el que,en 2009 y por unanimidad,derogó el antiguo Plan Territorial Sectorial de las energías eólicas. En este plan se desecharon emplazamientos que, hoy, nos vuelven a poner encima de la mesa. Emplazamientos cuya afección medioambiental era indenfendible en su día y que ahora no se pueden blanquear bajo el paraguas del cambio climático. Además, van sumando centrales a la lista de cordales montañosos para completar su estupidez sin temblarles la mano. Con este hecho están infringiendo disposiciones basadas en amplios consensos que evitan procedimientos administrativos imperativos. Entre ellos el respeto a la norma básica de las nuevas y más avanzadas Directrices de Ordenación del Territorio y un nuevo PTS derivado de las mismas sin aprobar hoy en día. No se pueden marcar emplazamientos ni tramitar acciones sin establecer ese marco. Un marco que incluye la protección implícita de estas áreas naturales reconocidas por sus valores ecosistémicos, cuyo riesgo de desaparición es manifiesto. Todas las centrales de producción de energía eólica presentadas por el Gobierno Vasco e Iberdrola están protegidas por figuras de protección ya establecidas como las Zonas de Especial Conservación, el Plan conjunto de gestión de aves necrófagas, así como el catálogo de Espacios Singulares y Sobresalientes de la CAV, o la gran importancia que tiene la conectividad entre estas zonas. Estamos ante áreas naturales que se comunican entre sí mediante corredores ecológicos cuya conectividad es imprescindible para su supervivencia, evitando su aislamiento y garantizando la movilidad geográfica de las especies y su intercambio genético. Este esquema echa por tierra los principios y políticas desarrolladas por la Diputación Foral de Araba de cara a garantizar y defender la supervivencia de las zonas naturales del territorio, junto con sus servicios ambientales, valores culturales, paisajísticos. Las infraestructuras grises que quieren imponer en los montes del Territorio alavés acarrearían una pérdida irreparable de biodiversidad y no, señora Tapia; no, señor Ramiro Gonzalez; no, señor Josean Galera; no, señor Añartz Gorrotxategi; NO SON COMPATIBLES CON SU PRESERVACIÓN. La industrialización de espacios de alto valor natural los destruye, y con ello también la vida que acogen. Industrialización cuya promotora es la empresa Aixeindar, participada al 40% por el Ente Vasco de la Energía y al 60% por Iberdrola. Pero tenemos memoria, y sabemos que, hace 14 años, el Gobierno Vasco hizo la misma jugada con una empresa llamada Eólicas de Euskadi que, rápidamente, vendiósu participación a Iberdrola. Nosotras decimos que este modelo no nos representa, ni es sinónimo de autosuficiencia, ni construye país, ni conecta el territorio con la vida. La destruye. Además, el único consenso que han impulsado estos personajes es el que han acordado con la transnacional Iberdrola. Hoy estamos en Maeztu, cabecera del ayuntamiento de Arraia-Maeztu, porque en sus montes hay previstas dos centrales eólicas, una en Entzia, Montes de Iturrieta, y otra en Azazeta. Junto con la cantera de Laminoria supondría una pérdida irreparable de naturaleza, de tierras comunales... Dónde está el alcade para proteger estos espacios? Anartz, entzun, natura bidelagun! Denunciamos la imposición de estas políticas que no solo no contribuyen a mitigar el cambio climático sino que alimentan su pervivencia. La destrucción de espacios naturales es incompatible con su protección También reclamamos de forma urgente y definitiva la declaración de las áreas montañosas en su totalidad como zonas de exclusión, siguiendo el Plan Mugarri, plan que también fue admitido por todos los grupos políticos. Pedimos la paralización inmediata de los proyectos en curso y de los nuevos que cada semana van aireando. Nuestro camino a seguir es la generación de un modelo energético consensuado democrático y social, basado en la energía distribuida, la eficiencia y el ahorro. La mejor energía es la que no se consume. Sus mensajes no nos engañan, cada vez somos más personas, más colectivos, más agentes sociales que están diciendo basta. Estamos diciendo: ENERGIA RENOVABLE SÍ PERO NO ASÍ, Las renovables deben ser aliadas de la preservación de la biodiversidad. La transición energética y la biodiversidad son un binomio indisoluble, de manera que procurar la primea sacrificando la segunda, es un objetivo peligroso e irresponsable. Mendiak babestu ditzagun !
sábado, 24 de abril de 2021
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