Tras décadas de trabajo y denuncia contra la energía nuclear y en particular contra Garoña este pasado jueves el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), anunció un “incumplimiento de las Especificaciones Técnicas de Funcionamiento en Parada (ETP)” en Garoña, “al no efectuar los requisitos de vigilancia requeridos previamente al movimiento de una carga superior a 816,5 kg por encima de la piscina de combustible gastado” En primer lugar, esto demuestra que con la parada no han finalizado los riesgos, que persiste la falta de medidas de vigilancia, con responsables in vigilando y administraciones que omiten y minimizan estos incidentes, y que el proceso de desmantelamiento debe ser supervisado, seguro, público, transparente y completo . A juicio del colectivo ecologista y antinuclear Eguzki, el desmantelamiento de Garoña debe basarse en información clara y un proceso de transparencia de lo que se está proponiendo y haciendo pues los residuos radiactivos continúan allí y por tanto la peligrosidad sigue y debe primar la seguridad. Actualmente se ha presentado la fase 1 del desmantelamiento que debería ir acompañada de multitud de documentos, como son el Manual de protección radiológica durante las tareas de desmantelamiento; el Plan de gestión de residuos radiactivos y combustible gastado; el Plan de control de materiales desclasificables; el Plan de restauración; el estudio económico; o el estudio de Impacto Ambiental. En el caso de Garoña, su capacidad para almacenar el combustible gastado em 2012 se encontró por encima del 84,20% y se estimó que alcanzaba el máximo en 2015, sin datos en el Estudio de Impacto ambiental del desmantelamiento para su contraste. Garoña pasó de ser una central nuclear a un almacén de residuos radiactivos. La documentación actual del proyecto para el desmantelamiento indica que “El titular de la autorización de explotación, antes de la concesión de la autorización de desmantelamiento, deberá: a) Haber descargado el combustible del reactor y de las piscinas de almacenamiento (...) b) Haber acondicionado los residuos generados durante la explotación. En la actualidad, el proceso de desmantelamiento nuclea de la planta de Garoña requiere, a efectos legales, de la elaboración de un Plan de Desmantelamiento, elaborado y/o supervisado por una entidad pública reguladora. Dicho proceso se inicia con el acondicionamiento de la central para el desmantelamiento (vías de acceso, para el personal y los equipos para facilitar el tránsito entre zonas, principalmente de cara al movimiento de los residuos, crear rutas y puntos de almacenamiento, gestión de residuos de operación, etc) Posteriormente se debe proceder a la extracción de las barras de combustible almacenándolo en la piscina de combustible, punto donde se indica el incidente del pasado jueves. Uno de los problemas que afronta Garoña, aunque es generalizable a todas las plantas nucleares, es la saturación de su piscina de combustible gastado, prevista para 2015, según datos de Enresa. El día 28 de diciembre de 2012 Garoña paró, se desconectó de la red eléctrica, extrajo el combustible gastado del núcleo y lo depositó en la piscina. Garoña cerró seis meses antes del fin de su licencia para no pagar impuesto Según recuerda la CNMC, en aquella fecha Nuclenor decidió sacar las barras de uranio del reactor y depositarlos en las piscinas de la planta para evitar pagar los nuevos impuestos energéticos que entrarían en vigor en breve, el 1 de enero de 2013. Desde entonces, ya en situación de Garoña dispone de residuos radioactivos de alta actividad (combustible gastado) en la piscina (que se trasladarán a ese almacén a cielo abierto) y vertidos de efluente líquido radiactivo al rio Ebro. Las piscinas de combustible gastado se encuentran en el edificio del reactor, pero en una posición más elevada sobre la contención de la vasija y con un nivel de protección considerablemente inferior al del reactor. Un informe del Consejo de Seguridad Nuclear -CSN- aseguró que la central de Garoña ha tenido tres accidentes entre el 20 de julio y el 17 de agosto del 2018, con caída de una cápsula de cesio 137 que se salió del envase de plomo, y un vertido de lodo radiactivo, que se volvió a verter quince días después. Eguzki, como colectivo ecologista y antinuclear quiere destacar la denuncia que venimos realizando años y años de falta de seguridad de sesta vetusta central nuclear, seguridad que se debe dar hasta el desmantelamiento total y seguro, con un plan de revitalización de la zona. Gasteiz, 1 de mayo de 2021
sábado, 1 de mayo de 2021
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario