El ayuntamiento ha adjudicado la nueva instalación de iluminación para el Jardín Botánico de Olárizu y su red de sendas, con 45 nuevas farolas especiales para entornos naturales. Las luminarias escogidas serán ‘led’ y se les instalará un filtro ámbar, ideado especialmente para zonas sensibles a la contaminación lumínica. . Hemos adaptado el hábitat urbano y a la iluminación artificial es un aspecto de seguridad en los entornos urbanos. Es indudable que el alumbrado exterior es un logro que hace posible desarrollar múltiples actividades en la noche, pero es imprescindible iluminar de forma adecuada: empleando la cantidad de luz estrictamente necesaria allí donde necesitamos ver. La vida natural se ha regido siempre por una alternancia entre el día y la noche, y los organismos han evolucionado según las condiciones del entorno donde preferentemente han desarrollado su actividad. Olarizu, no es un parque dentro de la ciudad, no está integrado en la misma y no debe hacer posible realizar actividades en la noche, por lo que, a juicio de Eguzki,es sensible a todo tipo de contaminación, también la lumínica, y a cualquier daño o riesgo que se genere. No es imprescindible ni adecuada dicha iluminación, siendo artificial izar dicho entorno natural más de lo necesario. Asimismo, es conocido que una gran cantidad de organismos desarrollan su actividad durante la noche. La contaminación lumínica causa problemas de orientación, altera los ciclos biológicos y reproductivos, y modifica la relación predador-presa, llegando a provocar desajustes poblacionales. No sólo se ven afectados por la luz que nosotros podemos ver –el tramo del espectro electromagnético entre los 400 y los 700 nm–, pues otros organismos son sensibles a longitudes de onda distintas. En particular los insectos, sobre todo nocturnos, son sensibles al ultravioleta, esto hace que las lámparas de vapor de mercurio les resulten dañinas ya que en parte emiten en esta longitud de onda. La afección ambiental es especialmente intensa e inquietante en espacios naturales cercanos a poblaciones como en el caso de Olarizu, donde es sensible por la luz toda la vida natural, sin necesidad alguna de artificializar o potenciar su uso nocturno. Además, dicho consumo energético, así como el de otras instalaciones propiedad del ayuntamiento es un derroche económico por iluminar sin necesidad el cielo nocturno. Si bien Vitoria-Gasteiz había avanzado en la buena dirección respecto al ahorro y a la eficiencia energética, esta iniciativa es un claro paso atrás en ese sentido, pues se está realizando acciones de iluminación del entorno natural, lo que no es necesario para la actividad urbana ni adecuada para dicho entorno natural. Eguzki, en Gasteiz a 14 de mayo de 2021.
viernes, 14 de mayo de 2021
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