Editores independientes se comprometen en Iruñea con el ecologismo y la solidaridad

A lo largo de las cuatro jornadas desarrolladas en Iruñea, editores independientes de todo el mundo han celebrado unos encuentros que han finalizado con una declaración conjunta en la que muestran su compromiso con el ecologismo, la solidaridad, el feminismo y contra el colonialismo cultural. Los encuentros estaban organizados por la Alianza Internacional de los Editores Independentes junto con la Asociación de Editores de Nafarroa Editargi y en los mismos han participado unos 300 profesionales procedentes de todo el mundo, que han debatido de forma presencial, con 176 inscritos, u online sobre la situación del sector y la necesidad de repensar la edición independiente en el contexto de la globalización. En total, han asistido profesionales de la edición de unos 60 países, así como importantes grupos profesionales e instituciones de varios de esos lugares. Ese es uno de los aspectos que ha destacado Paulo Slachevsky, responsable de Alianza Internacional dentro de los países de lengua castellana, a la hora de hacer balance del encuentro celebrado en Iruñea. «Son pocas las oportunidades de juntarse gente de lugares tan diversos del mundo, con editores de Indonesia, África, de América Latina, de países del norte y un largo etcétera. Y la construcción de un diálogo entre todos para generar líneas de acción conjuntas constituye ya en sí algo esperanzador, extraordinario y muy bello», ha explicado el editor chileno. Slachevsky ha calificado de «extremadamente interesante» el encuentro celebrado en Iruñea, que se suma a los que tuvieron lugar en Dakar en 2003, París en 2007 y Ciudad del Cabo en 2014. En el celebrado en la capital navarra, se ha acordado una declaración conjunta en la que «se han puesto en valor como temas centrales ámbitos que han sido poco abordados en el mundo del libro», ha explicado el editor chileno. En concreto, según ha desgranado, en la misma se tratan cuestiones «como la ecología en el mundo del libro, asumiendo compromisos de pensar la edición cuidando el medio ambiente». En este ámbito, se ha buscado el acuerdo para que las editoriales impriman sus libros en lugares próximos a su lugar de negocio, buscando unas ciertas similitudes con lo que se conoce como los productos kilómetro cero. Además, «se han asumido compromisos en el sentido social y solidario del trabajo en el libro, de cómo trabajamos las relaciones laborales en nuestras empresas», con el objetivo de alcanzar un mayor equilibrio entre los salarios de las personas que trabajan en este ámbito. Como «paso significativo», Slachevsky ha destacado «marcar la edición independiente en un sentido contrario al colonialismo cultural y de corte feminista, social y solidario, que refuerza el carácter de resistencia de la edición independiente frente a las injusticias del mundo en el que vivimos y favoreciendo el rol de la cultura en nuestra sociedad». Todo ello enmarcado en «el compromiso de una edición independiente a favor de potenciar sujetos activos, críticos y que participen en nuestras sociedades». Y luchando contra «la censura en sus diferentes formas, como política, religiosa, moral, sexual, de género, pero también de mercado, que muchas veces pasa en silencio, pero que hoy en día marca y marginaliza parte de la producción cultural».