martes, 10 de octubre de 2017

Los ríos europeos llevan en sus aguas un contaminante prohibido hace una década

La presencia en el agua y los peces de los ríos europeos de PBDE, un peligroso contaminante empleado durante décadas como retardante de llama en plásticos y espumas, supera ampliamente los niveles recomendados pese a que se trata de un producto cuyo uso se prohibió hace ya 10 años, según constata un estudio elaborado por investigadores del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA), centro del CSIC en Barcelona. 
En el caso español, se han estudiado las cuencas de los ríos Llobregat, Ebro, Júcar y Guadalquivir, "que no destacan como peores o mejores que la media europea", explican a este diario los autores. Los PBDE (éteres de difenilos polibromados) se han vinculado a diversos cambios hormonales y pueden afectar a la fertilidad u ocasionar peso bajo en los recién nacidos, entre otros problemas de salud.
Según subraya el análisis, los niveles medidos en los ríos son varios miles de veces mayores que los permitidos por la normativa que debe cumplirse a finales del año 2021. "De hecho, son tan elevados que es muy improbable que se pueda llegar a cumplirla", dicen los coautores Ethel Eljarrat y Damià Barceló. El estudio se ha publicado en la revista Environmental Research. El PBDE es un producto muy persistente, por lo que la degradación en el ambiente es muy pequeña, del orden del 5% anual, explica Barceló: "A este ritmo se tardarían muchas décadas en cumplir los límites que la directiva".
Los PBDE son retardantes de llama que se añadían a multitud de productos para prevenir incendios, como componentes electrónicos, plásticos, tapicería de automóviles, alfombras, muebles... Se prohibieron en Europa en 2004 después de demostrarse sus efectos nocivos. En 2009 fueron incluidos en la lista de la Convención de Estocolmo, lo que amplió su prohibición a nivel global. Sin embargo, a pesar de su prohibición, hay muchos materiales en el mercado que los contienen y los siguen liberando en el medio ambiente.
El gran problema, prosigue el especialista en calidad del agua, es que existen infinidad de productos de uso cotidiano que fueron fabricados con PBDE antes de que se prohibiera. Con el paso del tiempo y la erosión, las partículas contaminantes acaban en los ríos llevados por las escorrentías de la lluvia, el viento y los sistemas de aguas residuales. Además, añade Barceló, en China y otros países se siguen empleando. "Al final nos llegan aquí", dice. 
Fuente: elperiodico.com / Antonio Madridejos

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