viernes, 19 de marzo de 2021

ARABAKO MENDIAK ASKE

rabako Mendiak Aske, es una asociación popular nacida para conseguir la paralización de la industrialización de los montes vascos a través de la instalación de inasumibles centrales eólicas, siguiendo además el ya caduco modelo neoliberal de generación y gestión centralizada de la energía. Arabako Mendiak Aske, exige en consecuencia la inmediata y completa paralización de las tramitaciones de centrales eólicas en curso y la definitiva declaración de nuestras montañas como zonas de exclusión para este cometido. Esta Asociación, por su vocación, debe salir al paso de las recientes declaraciones de diversos cargos públicos de nuestro entorno. En primer lugar, es preciso insistir en que ya hace 10 años los emplazamientos puestos de nuevo sobre la mesa fueron desechados por el Parlamento Vasco A, que rechazó aquel primer Plan Territorial Sectorial (PTS) de la Energía Eólica y exigió al órgano gubernamental competente la realización y tramitación de uno nuevo, pues sin PTS con su correspondiente tramitación, que incluye su propia evaluación de impacto y aprobación en su conjunto, NO se pueden siquiera plantear ubicaciones de centrales eólicas. Así pues, se engaña a la ciudadanía cuando se asegura que se dispone de ese imprescindible instrumento de ordenación del territorio. Esto supone una gravísima e inaceptable mentira y es además una conculcación de la legislación de Ordenación del Territorio y tramitaciones asociadas. Ese nuevo y obligado Plan debiera además ser acorde con la vocación y articulado de las últimas Directrices de Ordenación del Territorio, sustancialmente más exigentes en materia de protección ambiental que las precedentes y de las cuales emanaba el antiguo y desechado PTS. Y lo es por ejemplo mediante el concepto de Infraestructura Verde, imposible de respetar con la tipología de proyectos ya rechazados hace una década. Como ejemplo cabe citar que Ordunte, un emplazamiento que completó la tramitación de impacto ambiental, y que teniendo un impacto ambiental calculado mucho menor a los elegidos ahora en Araba, fue fulminado con un contundente varapalo en la Declaración de Impacto Ambiental a cargo de la Viceconsejería de Medio Ambiente del Gobierno Vasco, decisoria al respecto. Otras voces sostienen que es posible instalar centrales eólicas en los montes con impacto asumible. Basta según su parecer con no afectar a las zonas protegidas, por ejemplo las definidas como Red Natura 2000, las más laxas en protección entre las catalogadas. Esto es una monumental falacia. Recordar que en este juego están también implicadas zonas ZEC, zonas ZEPA, zonas de protección de aves necrófagas, que por definición no permiten la construcción de centrales eólicas. Los usos del monte no pueden implicar su industrialización. Es el conjunto lo esencial, no solo los espacios que cuentan con protección, pues ni la fauna ni la flora saben de mugas administrativas. Es indefendible la comparación de los supuestos beneficios de una central eólica con los que reporta el ecosistema que va a destrozar. Ni en lo económico, ni en lo social ni en lo ambiental. Que no nos engañen. No hay nada mejor que un ecosistema en plenitud para luchar contra el Cambio Climático. Los promotores políticos de estas tropelías o bien desconocen las implicaciones de estos espacios, -con lo cual deberían estar inhabilitados para su función-, o bien muestran una insoportable desfachatez con su terquedad. Supone también una desfachatez afirmar que el pueblo acepta estos dislates. Demostraremos que no es así. De hecho, ya lo hicimos hace una década, pues el rechazo social fue un factor decisivo para que el proceso se paralizase. Apelamos por tanto a la ciudadanía, tanto la rural como la urbana, para que realmente asuma y defienda el incalculable valor de unos espacios que son terrenos comunales privilegio heredado de nuestros antepasados. Es inasumible y ofende gravemente su privatización. Zonas que nos brindan y protegen, sí protegen, con irrenunciables tesoros en cuanto a biotopos, paisajes, geología, hidrología, fauna, flora, recursos de todo tipo y usos ancestrales ligados a una cultura sostenible que nos ha traído hasta aquí. No debemos olvidar que lo que se pierde ya no se recuerda. También apelamos a la profesionalidad de los cuerpos técnicos de los departamentos de medio ambiente de las instituciones en las que se van a dirimir los procedimientos de impacto ambiental y los que deben velar por el correcto funcionamiento de las tramitaciones. Su criterio técnico, seguramente contrario a esta dinámica, debe prevalecer sobre la ambición desmedida de las grandes empresas eléctricas que marcan los discursos y decisiones políticas por encima de todas y todos. Sois clave para que el interés social prevalezca. Basta ya de propaganda aniquiladora y de política rastrera de hechos consumados. Es posible hacer las cosas de otra manera. Es factible un modelo energético renovable y descentralizado, basado en la eficiencia, con vocación social y sin destrozar nuestro patrimonio natural. Ahí está por ejemplo el Plan Mugarri de energías renovables de la Diputación Foral de Araba. ¿Por qué no se actualiza, se generaliza su concepto para todo Euskadi y se pone en marcha? El progreso verdadero y la supervivencia solo será factible si realimentamos a la Naturaleza y no a través de su destrozo sistemático. Es hora de asumir la leyes naturales por las cuales ningún organismo o sistema puede crecer hasta el infinito. Nosotras y el nuestro tampoco.

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