viernes, 15 de mayo de 2015

Garoña parado sufre incidentes por fallos en detección de incendios y evidencia su peligro.

En el día de ayer, Nuclenor, propietaria de la central notificó al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), siguiendo el procedimiento establecido, un incidente de nivel 0 registrado en sus instalaciones, “sin que hubiera que lamentar desgracias personas ni fuga radiactiva alguna”.

Dicha no desgracia personal ni fuga radiactiva podría ser una buena noticia en este caso, pero evidencia el riesgo y comunicación de un posible incidente algún día que nos haga con la central parada incluso, padecer radiactividad y peligro real para la población.
En el día de ayer, jueves 14 de mayo de 2015 se activó la detección contra incendios en el compartimento del interruptor de alimentación de una de las barras eléctricas de 400 V, debido a una conexión dañada de uno de los conectores de control del mencionado interruptor.
Se confirmó la ausencia del fuego, se desconectó la alimentación eléctrica del interruptor, y hoy se ha notificado dicho incidente.
No consta conocimiento de las causas de dicha activación pero o bien había un fallo o en caso contrario falló el sistema de detección, lo que supone en ambos casos una situación anómala y muy grave, hablando de una central radiactiva.

La central nuclear de Garoña realizó el día 16 de abril de 2015 “el preceptivo simulacro anual”, conforme a los requerimientos establecidos en su Plan de Emergencia Interior, con la participación de la Subdelegación del Gobierno en Burgos.

Tanto el incidente como el último simulacro eviencian que la ciudadanía no tiene planes de emergencia ni evacuación de más de un millón de personas, y que el riesgo del acciente simulado haría necesaria la protección de la población

Existiendo más de un millón de personas afectadas potenciales, se evidencia que no hay simulacro que valga ni medidas preventivas sino confinamiento, evacuación general y reparto de iodo para aminorar la radiación recibida. Y en caso de incidente, falla el sistema o los instrumentos de detección, por lo que el riego es grave. Por ello,EGUZKI exige el cierre definitivo e irreversible de Garoña, por voluntad democrática y por seguridad.

En relación a los simulacros, Eguzki considera denunciable que las “ medidas de protección a la población” que se aplicarían en un siniestro sean las siguientes: “control de accesos, evacuación de las poblaciones, confinamiento y distribución e ingesta de tabletas de iodo, así como la activación de las Estaciones de Clasificación y Descontaminación” (sic). Dichas medidas evidencian la falta de definición de a qué población controlan, evacúan, confinan y les hacen comer iodo, y sobre todo, dos aspectos fundamentales: el riesgo real para la población, y la carencia total de una medida que evite los efectos de la radiactividad nuclear.


El riesgo asumido por los propietarios de la planta, al preveer cada año y realizar este simulacro y en caso de incidente que éste no ha supuesto fuga radiactiva ni desgracias personales, es un juego macabro inasumible, por lo que Eguzki, además de definitivo, siempre ha reclamado un proceso irreversible.


Desde Eguzki, ponemos el acento del debate en la seguridad y en la voluntad mayoritaria que pretende ser violada con la posible reapertura de Garoña, por lo que a criterio de Eguzki, el cierre de Garoña debe ser algo irreversible y, tan solo hace falta que, de una vez por todas y se apruebe el plan de seguridad y desmantelamiento y otro de dinamización laboral en la zona, puesto que Garoña es una planta nuclear que debería haber estado cerrada hace mucho tiempo por vieja, por peligrosa, por innecesaria, por estar amortizada, porque lo demanda la sociedad.

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