martes, 16 de agosto de 2011

Manifestación en Araia contra la incineradora de Olazagutia

Una intensa humareda azul recorría ayer al mediodía las calles de Araia, atacando con su asfixiante olor a quienes rodeaban esa 'incineradora' en miniatura. Unos metros por detrás, la chimenea de otra de las maquetas de esta planta lanzaba chispas multicolor, haciendo presagiar el desastre. Y a los lados de estos dos puntos, más de setenta personas -muchas provistas de mascarillas- avanzaban entre los visitantes del Artzai Eguna. No era un espectáculo más del Festival de Teatro de Humor de Araia, sino un 'no' colectivo de los vecinos de la Llanada alavesa a la idea de la empresa Cementos Portland, ubicada en Olazagutia y propiedad de FCC, de construir una planta incineradora de residuos como complemento a la fabricación de hormigón.
La marcha, convocada por vecinos de las localidades cercanas y colectivos de la zona, se unía al ambiente festivo del pueblo gracias a una fanfarre. Sin embargo, los niños, jóvenes y adultos que conformaban la procesión no estaban para fiestas. En sus manos, pancartas en contra de la temida infraestructura, y en sus rostros, miradas de preocupación.


Porque su rechazo a la nueva planta estaba más que justificado, según explicó su portavoz, micrófono en mano, cuando el grupo llegó al escenario. «La incineración es la forma más insostenible y peligrosa de tratar los residuos, porque genera emisiones contaminantes y tóxicas que afectan directamente a la salud provocando asma, bronquitis y también enfermedades cardiovasculares», advirtió. «Pero es que la incineración en cementeras es todavía más perjudicial, porque no están preparadas para esa función y la combustión es más imperfecta», añadió mientras su mensaje, emitido por la megafonía, se propagaba entre los visitantes a los actos festivos.
«Impacto directo»
Sus palabras consiguieron apagar, por unos instantes, las ganas de fiesta de numerosas personas que, aunque habían visto antes pasar a los manifestantes, no comprendían la magnitud de sus reivindicaciones. Mientras, los compañeros del portavoz seguían coreando las consignas al tiempo que él se centraba en argumentar el impacto directo de la planta incineradora.
«En el caso de que se siga adelante con este proyecto, las afecciones sobre la salud, los recursos naturales y la seguridad alimentaria van a ser muy graves, porque hay que tener en cuenta lo corta que es la distancia que hay de esta planta a pueblos como Asparrena, del que la separan menos de once kilómetros», destacó el portavoz. Localidades como Zalduondo, Salvatierra y Barrundia también se encuentran en su radio de acción, pero no eran las únicas zonas que preocupaban a estos colectivos.
«Hay que resaltar también el impacto que va a tener sobre los recursos naturales, en una zona con espacios protegidos como el parque natural de Aitzkorri-Aratz, Aralar o Urbasa, pero también sobre el sector primario, dañando la ganadería o al queso de denominación de origen Idiazabal», recordó a los presentes.

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