El objetivo de mantener las emisiones de gases de efecto invernadero a niveles que permitan contener el aumento de la temperatura por debajo de los 2 grados centígrados de aquí a 2020 es casi imposible de alcanzar, según la última evaluación científica de la ONU El objetivo de mantener las emisiones de gases de efecto invernadero a niveles que permitan contener el aumento de la temperatura por debajo de los 2 grados centígrados de aquí a 2020 es casi imposible de alcanzar, según la última evaluación científica de la ONU difundida hoy. En la foto de archivo, vista de la ciudad de Santiago (Chile) cubierta por esmog en el mes de julio de 2012. Un informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en el que han participado 55 científicos y 43 expertos de 22 países, señala que las emisiones son un 14 por ciento más altas con respecto al objetivo que se ha fijado para 2020. "En lugar de bajar, la concentración de gases que causan el calentamiento (del planeta), como el dióxido de carbono, está aumentando en la atmósfera y ahora es un 20 por ciento mayor que en el año 2000", según el estudio de este organismo de la ONU. El informe subraya que si los gobiernos no toman acciones rápidas y concretas, las emisiones se elevarán dentro de ocho años hasta 58.000 millones de toneladas anuales, frente a los 44.000 millones que se considera la cantidad que permitiría allanar el camino para efectuar mayores reducciones a costos razonables. En 2010, último año del que se tienen datos completos, las emisiones ya fueron de 50.100 millones de toneladas. El retraso acumulado equivale a haber perdido un año en la consecución del objetivo de contener en los 2 grados centígrados considerados críticos por los científicos el aumento de la temperatura media del planeta y hace que las medidas para cumplirlo deban ser más drásticas y costosas. La proyección de las emisiones son ahora más elevadas con respecto al cálculo anterior, que estaba influido por previsiones negativas sobre la economía mundial que se han cumplido parcialmente, sobre todo por el empuje de las economía emergentes. Repunte de las emisiones "Las emisiones globales están repuntando otra vez tras el declive experimentado por el bajón de la economía entre 2008 y 2009", señala el estudio de la ONU, que reconoce que las economías de países en desarrollo han ido mejor de lo esperado. Para los científicos, incluso en el caso muy poco probable de que los países implementaran de manera estricta los compromisos más exigentes en materia de reducción de emisiones, el desfase entre el nivel de reducción posible y el que debería alcanzarse es demasiado importante (8.000 millones de toneladas). Ese cálculo representa 2.000 millones de toneladas más que las estimaciones que se hacían hace apenas un año, lo que refleja la urgencia de actuar ya, afirman los científicos y expertos. "La evaluación muestra claramente que los compromisos de los países, si fuesen totalmente implementados, permitirían reducir las emisiones por debajo de lo que podría esperarse -al ritmo actual- en 2020, pero no a niveles suficientes para cumplir con el objetivo de limitar a menos de 2 grados centígrados el aumento de la temperatura del planeta", señalan los autores del informe. Otros procedimientos Reducciones significativas de las emisiones requerirían la utilización de tecnología aún no probada o la combinación, a gran escala, de distintos tipos de tecnologías, como la bioenergía y la captura y almacenamiento de carbono. En teoría, estos procedimientos harían posible conseguir emisiones negativas netas de dióxido de carbono en la industria y en el sector energético, pero los expertos advierten de que "la viabilidad y consecuencias de sistemas de bioenergía a tan amplia escala deben ser examinados con más atención". Entre los aspectos sobre los que piden reflexionar figura el posible impacto de estas opciones en la producción de alimentos y la biodiversidad, así como la posible falta de tierras y de agua. En cambio, los expertos consideran que los Gobiernos tienen amplio margen de maniobra, y sin un impacto negativo, en las nuevas concepciones de ahorro de energía en el sector de la construcción y en el transporte urbano "Apostar por este tipo de recursos implica retrasar aun más el desarrollo e implantación de las energías renovables y el ahorro energético además de seguir aumentando las emisiones de efecto invernadero en el Estado español", han señalado. El estudio se ha presentado la víspera de la votación en el Parlamento Europeo, este miércoles, sobre una moratoria en el empleo de esta técnica. -------------------------------------------------------------------------------- Se disparan las emisiones de gases de efecto invernadero en la antesala de la reunión en Doha pnuma, 21/11/2012. Es necesario acelerar e incrementar de inmediato el alcance de las medidas contra el cambio climático para que siga siendo posible contener el incremento de la temperatura media del planeta por debajo de los 2 ºC antes del final del siglo. El Informe sobre la disparidad en las emisiones, cuya elaboración han coordinado el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Fundación Europea para el Clima, se presenta días antes de la Conferencia de las Partes sobre el Cambio Climático, que tendrá lugar en Doha. En él se demuestra que los niveles de las emisiones de gases de efecto invernadero son un 14 % superiores a los que se preveían para 2020. La concentración de gases que contribuyen al calentamiento global, tales como el dióxido de carbono (CO2), lejos de disminuir, ha aumentado en la atmósfera hasta un 20 % desde el año 2000. Si las naciones no toman medidas inmediatamente, es probable que en ocho años las emisiones alcancen las 58 gigatoneladas (Gt), concluye el informe, en cuya elaboración han colaborado 55 científicos de más de 20 países. Así pues, la brecha es hoy mayor que en las evaluaciones del PNUMA de 2010 y 2011. Ello se debe, en parte, a las previsiones de crecimiento económico en determinadas economías en desarrollo clave y a lo que se conoce como «doble contabilización» de las compensaciones de las emisiones. En evaluaciones previas se hacía hincapié en que las emisiones deberían situarse en torno a un máximo de 44 Gt en 2020, a efectos de crear las condiciones oportunas para abordar reducciones todavía mayores a un coste asumible. No obstante, el Informe sobre la disparidad en las emisiones de 2012 señala que, aunque todos los países cumplieran sus promesas y compromisos más ambiciosos, y aunque se aplicaran las normativas más rigurosas, es inevitable que exista una brecha de 8 Gt de CO2 equivalente en 2020. Es decir, ha pasado otro año y la brecha ha crecido 2 Gt respecto a la evaluación del año anterior. Las evaluaciones económicas preliminares que se destacan en el nuevo informe prevén que la inacción provocará un aumento de los costes. Es probable que estos sean entre un 10 % y un 15 % más altos a partir de 2020 si las reducciones de emisiones necesarias se retrasan hasta las próximas décadas. Achim Steiner, Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas y Director Ejecutivo del PNUMA, declaró: «El informe resume dos realidades. En primer lugar, que sigue siendo posible reducir la disparidad utilizando las tecnologías y las políticas existentes. En segundo lugar, que se están tomando muchas medidas estimulantes a escala nacional en el ámbito de la eficiencia energética de los edificios, de la inversión en los bosques para evitar las emisiones asociadas a la deforestación, de la reforma de la normativa referente a las emisiones de los vehículos, así como de la inversión en las nuevas energías renovables, que ha experimentado un crecimiento notable y en 2011 ascendió a 260 000 millones de dólares». «A pesar de todo, debemos ser conscientes de que la transición a una economía verde baja en carbono e inclusiva está siendo demasiado lenta, de modo que el objetivo de las 44 Gt se aleja cada año un poco más», añadió. «Los gobiernos pueden negociar un nuevo acuerdo internacional sobre el clima para 2020, pero han de ponerse manos a la obra de inmediato para cumplir los compromisos económicos, de transferencia tecnológica, y de otro tipo, que asumieron en los tratados sobre el clima de Naciones Unidas. Además, existe una amplia gama de medidas voluntarias complementarias para reducir la disparidad entre la ambición y la realidad lo antes posible», concluyó Steiner. El informe estima que es posible realizar reducciones potencialmente importantes de las emisiones, de un promedio de 17 Gt de CO2 equivalente, en sectores como la construcción, la generación de electricidad y el transporte. De ese modo, la disparidad se reduciría significativamente en 2020. Entretanto, abundan los ejemplos de actuaciones a nivel nacional, desde la mejora de los códigos de edificación hasta la modificación de la normativa sobre los combustibles para vehículos; tales medidas, si se amplían y se reproducen en otros lugares, pueden ser muy útiles. Christiana Figueres, Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, afirmó: «Este informe nos recuerda que el tiempo se agota, pero también que los gobiernos y las sociedades siguen teniendo a su alcance los medios técnicos y los instrumentos políticos necesarios para contener el incremento de la temperatura del planeta por debajo del umbral de los 2 ºC». «Los gobiernos que acudirán a Doha para participar en el 18.º período de sesiones de la Conferencia de las Partes, deben poner en práctica urgentemente las decisiones que ya se han aprobado, a efectos de acelerar la transición a un mundo con bajas emisiones de carbono y más resistente. En particular, ello implica enmendar el Protocolo de Kyoto; desarrollar una visión clara sobre cómo se puede poner freno a las emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo, antes y después de 2020; impulsar instituciones que contribuyan a que los países en desarrollo se adapten y hagan verdes sus economías; y definir el modo de movilizar la financiación climática a largo plazo que los países en desarrollo necesitan. Además, los gobiernos deben encontrar urgentemente el modo de promover la ambición», añadió Figueres. Reducir la disparidad El informe analiza una serie de sectores en los que es posible efectuar las reducciones necesarias de las emisiones antes de 2020. La mejora de la eficiencia energética en la industria podría propiciar reducciones de entre 1,5 y 4,6 Gt de CO2 equivalente; a continuación se sitúan las reducciones que se efectuarían en la agricultura, de 1,1 a 4,3 Gt; en la silvicultura, de 1,3 a 4,2 Gt; en el sector de la electricidad, de 2,2 a 3,9 Gt; en la construcción, de 1,4 a 2,9 Gt; en el transporte, incluidos el marítimo y el aéreo, de 1,7 a 2,5 Gt; y, por último, en el sector de los desechos, en torno a 0,8 Gt. Construcción En el informe se señala que determinados sectores tienen un potencial todavía mayor a largo plazo. Por ejemplo, impulsar la eficiencia energética de los edificios podría propiciar reducciones medias de alrededor de 2,1 Gt para 2020, pero las reducciones en 2050 superarían las 9 Gt de CO2 equivalente. «Esto implica que en 2050 el sector de la construcción podría consumir un 30 % menos de electricidad que en 2005, a pesar de un incremento cercano al 130 % de la superficie construida en el mismo periodo», explica. El informe concluye que, para que esto ocurra, «en los próximos diez años es necesario imponer códigos de edificación modernos en todas las grandes economías, tales como Estados Unidos, la India, China y la Unión Europea». También se pueden reducir las emisiones usando aparatos más eficientes en términos energéticos, incluidos los sistemas de iluminación. En el informe se hace referencia al programa «Top Runner» de Japón y a la Directiva sobre diseño ecológico de la Unión Europea, iniciativas que han propiciado un descenso del consumo eléctrico en los hogares del 11 % y el 16 %, respectivamente. Se menciona, asimismo, el programa de normas y etiquetado para los aparatos de aire acondicionado que se ha aplicado en Ghana con el objetivo de ahorrar a los consumidores y las empresas alrededor de 64 millones de dólares al año y unos 2,8 millones de toneladas de CO2 equivalente a lo largo de un periodo de 30 años. Transporte sostenible Se calcula que en el sector del transporte se pueden obtener reducciones de las emisiones de 2 Gt de CO2 equivalente para 2020. El informe subraya que el cambio ya está en marcha; en la Conferencia Río+20, celebrada recientemente, los ocho bancos multilaterales de desarrollo más importantes se comprometieron a destinar 175 000 millones de dólares, a lo largo de la próxima década, a medidas como los sistemas de autobuses de tránsito rápido. En el informe se recomiendan las políticas y medidas basadas en el principio de «evitar, cambiar y mejorar», con el fin de optimizar la ordenación del territorio y de favorecer las opciones alternativas de movilidad como el autobús, la bicicleta o los desplazamientos a pie frente al coche privado, así como mejorar el uso del transporte de mercancías por ferrocarril y las vías navegables interiores. La mejora de las normativas referentes a los vehículos y la aplicación de planes de renovación del parque automovilístico también pueden ser de ayuda. Según el informe, se espera que las nuevas normativas que se han aprobado o propuesto en siete países, desde Australia y China a la Unión Europea, la República de Corea y los Estados Unidos, reduzcan en más del 50 % el consumo de combustible y las emisiones de gases de efecto invernadero de los nuevos vehículos ligeros para 2025 respecto a los niveles de 2000. Silvicultura «Evitar la deforestación sigue siendo una medida infrautilizada, a pesar de que se trata de una opción de bajo coste para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero», indica el informe. Entre las políticas para reducir la deforestación y, de ese modo, las emisiones de gases de efecto invernadero están la creación de áreas protegidas, tales como parques nacionales, y el uso de instrumentos económicos como impuestos, subvenciones y el pago por los servicios de los ecosistemas. El informe menciona a Brasil, donde las políticas de conservación y la caída de los precios de los productos básicos agrícolas han provocado que la deforestación se reduzca en tres cuartas partes desde 2004, con lo que entre 2006 y 2011 se han evitado 2,8 Gt de CO2 equivalente. En Costa Rica, las zonas protegidas ocupan ya más de una quinta parte del territorio. Las emisiones de gases de efecto invernadero han disminuido y el turismo ha crecido, de algo menos de 390 000 visitas en 1988 se llegó a 2,5 millones en 2008. El turismo genera ahora alrededor del 15 % del PIB. Las medidas adoptadas en Brasil y Costa Rica son anteriores a las políticas de Reducción de Emisiones debidas a la Deforestación y la Degradación Forestal (REDD o REDD+) adoptadas en el marco de la Convención de las Naciones Unidas para luchar contra el cambio climático. El informe señala que ampliar las actuaciones relacionadas con la iniciativa ONU-REDD, por ejemplo, activa en más de 40 países, puede propiciar un descenso todavía mayor de las emisiones y generar beneficios adicionales como la creación de empleo en el ámbito de la gestión de los recursos naturales. --------------------------------------------------------------------------------
sábado, 24 de noviembre de 2012
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