La txirrinka es una expresión social de muchas agresiones a nuestra comunidad, a nuestras personas y a nuestra tierra, respondiendo juntas, pedalada a pedalada para mostrar una historia y realidad de grandes infraestructuras. Estas agresiones han generado conflictos y estos conflictos son una herida en nuestro mapa de la realidad.
La txirrinka permite conocer conflictos que se han venido dando en nuestra tierra, agresiones medioambientales que tuvieron impacto social, mediático y respuesta de diferente nivel.
La txirrinka nos muestra que en muchas ocasiones se ha puesto en valor el corazón de las personas, el trabajo popular por la defensa de nuestra madre tierra, los grupos vecinales o sociales que sumaban entre diferentes, y que ganaban en humanidad y en relaciones sociales con mucho esfuerzo y voluntad frente al cemento o don dinero.
La txirrinka nos invita a ver el pasado, actualizar personas y grupos con intereses comunes y, como no, a mirar al futuro con la esperanza de encontrar una forma diferente de aplicar los recursos públicos, y las ideas y proyectos de desarrollo. Entre las necesidades de la gente, y sobre todo, el respeto a las comunidades, entornos y razonamientos no agresivos del gran capital, surge una conciencia de respeto y de entrega que pedalea en esta txirrinka y muchos encuentros o espacios de trabajo por nuestra madre tierra.
Por ello mediante cuatro columnas confluyentes, la xirrinka rueda los días 21 y 22 de mayo, en denuncia de las grandes infraestructuras y propone retspeto al medio natural, los derechos sociales y un modelo activo y participativo.
Como toda campaña que aglutina, nos invita a participar a colectivos y personas, de forma abierta y participativa, para diseñar sus actos previos, problemáticas a recordar, recorridos, etc.
La txirrinka nos ha planteado los conflictos provocados o ataques al medio ambiente como ejemplos del modelo neoliberal, por el cual el dinero y la imposición han querido, y en muchos casos logrado, anteponerse a la necesidad y la participación democrática.
No es nuevo el uso de una marcha en bicicleta para movilizarse por parte de los colectivos ecologistas. Estas movilizaciones muestran la conciencia en la participación en sí, y además en la exposición y debate que genera, supone una denuncia real y directa de las agresiones y una movilización para focalizar esta respuesta en defensa de nuestra tierra, los derechos sociales y un modelo en positivo, respetuoso con el entorno, solidario en la priorización de valores, y activo, participativo en el modo de relacionarnos, tanto en la respuesta como en las propuestas y ejemplos modélicos de otra sociedad y otros proyectos sociales, ambientales y comunitarios.
Por ello desde Eguzki una vez más vemos otro pedal para el cambio desde la conciencia, denuncia y movilización, para avanzar parando muchas sinrazones. De esta forma, anteponiendo al ritmo de la bicicleta pues nos permite pensar y reflexionar, damos valor a lo social y comunitario, primando los valores sociales y ambientales a estas agresiones.
Con visión global, reflexiones sobre el modelo y agresiones del mundo globalizado, la implicación de los colectivos locales es fundamental. Para ello, cuenta y debe contar con los vecinos y vecinas que conocen su realidad, su impacto y que han actuado localmente para defender otro modelo, tejiendo una red de voces corales sobre ejemplos reales y palpables.
Por ello Eguzki anima a participar en la Txirrinka por ser una movilización que aglutina, reflexiona, conciencia y da espacio a las voces que han existido y existen en Eukal Herria en defensa de la tierra. .
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