Antonio Cornadó, Presidente del Foro de la Industria Nuclear ha publicado este sábado en el correo un artículo que tiene tal cúmulo de inexactitudes, que es necesario responder para que la ciudadanía esté lo mejor informada posible.
Zaharrak berri podría ser el resumen de su exposición que en euskera quiere decir que parece nuevo pero es la vieja historia de siempre. Desde el inicio de la energía nuclear, su industria nos vendió las miles de virtudes de dicha energía: era totalmente segura, no emitía CO2, no dependía del petróleo, los residuos no eran ningún problema, nos daba independencia energética, etc.
Los ecologistas de aquella época (en los años 80-90) decíamos que eran muy peligrosas, que el tema de los residuos estaba sin solucionar, que era peor el remedio que la enfermedad (en cuando a dependencia energética y contaminación) y que las renovables y el ahorro energético era la solución.
Ante dichas críticas, los defensores de la energía nuclear nos contestaban que éramos unos catastrofistas por pensar que iba a haber graves accidentes y unos ilusos por pensar que las renovables podían ser la solución energética. Hasta nos dijeron la famosa frase: o “berzas” o “nuclear”. Por desgracia el tiempo nos ha dado la razón al 100%. Por desgracia decimos porque hubiéramos preferido equivocarnos y que no hubiera pasado lo de Harrisburg, Txernobil o Fukushima, porque no lo queremos ni para nosotras-os, ni para nadie.
Pero han pasado dichos accidentes y los representantes de la industria nuclear tienen la desfachatez de decir que la cifra de muertos por Txernobil no llega a las 10.000 personas, cuando el último estudio sobre sus consecuencias elaborado por la Asociación de Radiólogos Alemanes, una entidad neutral y prestigiosa en su país, ha afirmado que el incremento de cánceres y muertes por la radiactividad expulsada en la accidente han provocado en estos 25 años más de 800.000 muertos en toda Europa. Y cuando en dichos accidentes hasta el momento (cada año se incrementa la cifra) se han gastado más de 680.000 millones de euros en intentar –no solucionar- las graves consecuencias de dichos accidentes. Y cuando hoy día hay más de 500.000 desplazados por dichas catástrofes ecológicas y humanas.
Hoy día, después de estos dos graves accidentes cuyos efectos tratan de tapar de forma permanente, han “actualizado” el discurso. Ahora dicen que todas las energías son necesarias –la nuclear también por supuesto- y que si no subirá el precio de la energía o aumentará el CO2.
De nuevo nos vuelven a mentir. Hoy día no es necesaria la energía nuclear y eso se ve en los muchísimos países que funcionan sin nucleares o Japón, que después de Fukushima paró más de centrales 40 nucleares y menos una o dos siguen el resto paradas. Hoy día es posible vivir con renovables tal como lo vemos en muchos países (Costa Rica, Suecia, Noruega…) que les falta poco para llegar al 100%.
Antonio Cornadó nos dice que la seguridad de las centrales esta asegurada por el control que lleva el CSN, pero casualidad, su homólogo belga mandó cerrar 2 centrales en Bélgica porque son del mismo modelo que el de Fukushima y Garoña, porque con dicho diseño no puede haber seguridad suficiente en caso de accidente. Por qué allí las han considerado inseguras y aquí no hay problemas? ¿Tal vez porque el CSN no tiene el rigor técnico que debe exigirse en un área tan delicada?
Antonio Cornadó nos dice que hoy día no se puede prescindir de las nucleares en el estado, cosa también falsa ya que hay un exceso de capacidad de más del doble que lo que producen las centrales nucleares en activo. ¿Es normal que centrales de gas totalmente nuevas estén paradas y centrales viejas y muy peligrosas sigan en marcha porque les sale algo mas barata la energía al no tener que pagar el coste de los residuos, el desmantelamiento, etc.?
Antonio Cornadó nos dice que la luz subiría si se cierran las centrales, algo que tampoco es cierto porque, por ejemplo, la mayor parte de los países que no tienen energía nuclear tienen la tarifa más barata que la nuestra e incluso los países que están cerrando centrales y potenciando las renovables están viendo mantener y a veces bajar el recibo de la luz por la mayor competencia y menor oligopolio que tienen.
No queremos que haya un tercer grave accidente nuclear en el mucho. Las renovables, la descentralización de la producción, el ahorro energético y sobre todo, el que no haya ningún oligopolio eran, son y serán la solución.
Y si quieren continuar con las nucleares, no hay problema. Que hagan un seguro como tienen todos los que conducen un coche y si alguien les cree que son seguras y les hace un seguro a todo riesgo de unos 350.000 millones no hay problema.
domingo, 29 de enero de 2017
Los 800.000 muertos y los 700.000 millones de euros de pérdidas de Txernobil y Fukushima marcan la transición energética
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