El Gobierno nipón asume la gestión de la central ante la incapacidad de la empresa y anuncia «medidas drásticas» al dispararse la radiactividad03.09.13 - 02:11 - Japón está perdiendo la batalla nuclear que libra en la central Daiichi de Fukushima. Eso es lo que se desprende de las preocupantes informaciones que llegan de las instalaciones, que mantienen en vilo al mundo entero desde que fueron arrasadas por el tsunami provocado por el seísmo del 11 de marzo de 2011: sólo durante el pasado fin de semana, la radiación del agua almacenada en al menos uno de los tanques se ha multiplicado por 18 y ha alcanzado un nivel de 1.800 milisieverts por hora, suficiente para matar a una persona en apenas cuatro horas.Otro gran quebradero de cabeza para las autoridades, a pesar de las diferentes medidas tomadas para evitarlo, es la persistencia de los vertidos de agua radiactiva al océano. Los primeros se descubrieron el 19 de agosto, cuando cedieron las barreras que contenían el líquido y se escaparon al Pacífico nada menos que 300 toneladas, en lo que el Ejecutivo de Shinzo Abe calificó de 'serio incidente'. También se supo entonces que las fisuras no eran nuevas, sino que habían provocado la fuga de agua contaminada desde julio sin que se hubiese tomado medida alguna al respecto. Aunque ahora los vertidos son mínimos, el sábado uno de los trabajadores de Fukushima comprobó, al presionar el material aislante de una de las tuberías que unen dos tanques de agua, que todavía no están completamente controlados.Por eso, ayer el primer ministro dio un paso más y anunció que el Gobierno tomará las riendas del asunto, ya que la empresa que gestiona la central nuclear -Tepco- ha demostrado ser incapaz de poner fin al culebrón. Y aseguró que son necesarias «medidas drásticas» para encarrilar la situación en la central. De momento se ha decidido que el número de empleados que patrullan en busca de fugas aumente de 10 a 60, ya que hasta ahora, cada inspector sólo disponía de 15 segundos para comprobar el estado de los tanques. «Desde ahora, el Gobierno tomará la iniciativa en el diseño de los pasos que se han de seguir, y no dejará la situación en manos de Tepco», detalló Abe.Sin embargo, el dirigente nipón no quiso entrar en detalles y no desarrolló en qué consistirá ese paquete de medidas que anuncia. Abe emplazó al final de la reunión que hoy comenzará la Comisión de Respuesta a Emergencias Nucleares para dar más detalles de sus planes. El Gobierno pretende también mostrarse así mucho más transparente que la empresa eléctrica, cuyas soluciones se han tomado siempre en la sombra, para recuperar la confianza de una población que ya teme hasta por el sushi que come. Sin duda, en juego están la reputación de Japón como país con un sistema político avanzado y como potencia tecnológica.Mucho peor que Chernóbil El Ejecutivo japonés es consciente de que la crisis de Fukushima continuará durante años y eso la convierte en la peor de la historia. No en vano, si se tienen en cuenta las 400.000 toneladas de agua con las que Japón todavía no sabe qué hacer, la cantidad de cesio radiactivo que encierra la central nuclear es hasta 2,5 veces mayor que la de Chernóbil. Y en 2015 el agua utilizada para enfriar los tres reactores dañados podría alcanzar las 600.000 toneladas. Una rotura en los depósitos que guardan el líquido podría tener efectos catastróficos.Esta posibilidad da alas a quienes exigen que el archipiélago abandone la energía nuclear, una fuente que hasta 2011 proporcionaba un tercio de las necesidades de la tercera potencia económica mundial. Ayer mismo cesó su actividad uno de los reactores que se mantienen en funcionamiento para realizar un chequeo rutinario, y muchos piden que no se vuelva a poner en funcionamiento. No obstante, los expertos aseguran que sin energía nuclear Japón no sería capaz de mantener el nivel de consumo actual, y que su dependencia del exterior se agravaría todavía más.
martes, 3 de septiembre de 2013
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