Reproducimos este artículo porque refleja la crítica que Eguzki hace al autobómbo sobre movilidad cuantitativa que se hace en Gasteiz.
Eneko Astigarraga (Oraintxe - CCCP). 17/09/2013. Hacer unos cuantos carriles bici más o menos chapuceros, peatonalizar unas cuantas zonas, poner unas cuantas señales de limitación de velocidad a 30 kms/h o ampliar la zona azul no es hacer movilidad sostenible. Como no lo es que más gente ande en bicicleta o a pie si no se hace a costa de que menos gente utilice el coche particular para desplazarse en viajes.
No es movilidad sostenible hacer cursos para que la gente aprenda a circular por esa gamberrada que supuso pintar muchas aceras de nuestra ciudad, como no lo es colocar unas cuantas bicicletas públicas en unos cuantos puntos. Tampoco es movilidad sostenible poner unos cuantos puntos de recarga para coches eléctricos o comprar una pequeña flota y colocarla en esos puntos a disposición de la gente. Eso no es movilidad sostenible.
Ninguna de estas medidas significa por sí misma que se esté haciendo algo por mejorar nuestras ciudades en términos de movilidad si no sirve para disuadir a la gente de que utilice el coche privado y, más que eso, si no consigue reducir su uso de manera significativa.
Porque hemos llegado a un punto, incluso inmersos en plena recesión (que ha colaborado notable y desgraciadamente en la reducción del número de viajes), en que el transporte privado se ha convertido en el principal agente nocivo no solo si se quiere conservar una calidad del aire básica, sino porque su utilización masiva redunda en un deterioro general del entorno urbano. Deterioro en términos de seguridad vial, deterioro en términos de sanidad pública derivado de fomentar hábitos de vida poco saludables, deterioro por sobreocupación del suelo e incluso del subsuelo, deterioro porque sus infraestructuras representan barreras formidables que condicionan la permeabilidad de las ciudades y el acceso a las mismas para los que no utilizan medios motorizados para moverse.
Celebrarlo durante una semana al año con unas cuantas actividades más o menos simbólicas y más o menos simpáticas, pero siempre superficiales, no mejora el resultado. Menos cuando una de las más publicitadas es una marcha ciclista hasta la factoría de la venerada Volkswagen.
No. Esto no es movilidad sostenible. No lo es mientras sigamos promoviendo la dispersión de la población mientras los centros urbanos se quedan semivacíos. No lo es mientras sigamos invitando a los ciudadanos a utilizar la tremenda oferta de aparcamientos subterráneos para acceder hasta el mismísimo casco antiguo en coche. No lo es mientras sigamos presentando el transporte público como una indeseada carga para la administración y hasta para el propio ciudadano.
No lo es mientras sigamos permitiendo el acoso y la intimidación de los peatones por las bicicletas circulando impunemente por las aceras como si no pudiera ser de otra manera. No lo es mientras sigamos manteniendo esas fabulosas autopistas urbanas que son nuestras principales avenidas. No lo es mientras sea más fácil cruzar la ciudad en coche que rodearla. No lo es mientras los polígonos donde se centraliza la mayor parte de la actividad económica sigan siendo imposibles de acceder en algo que no tenga motor. No lo es mientras nuestros menores y mayores no tengan oportunidades de moverse libremente y con seguridad por nuestra ciudad.
Esto, señoras y señores, no es movilidad sostenible. Así que no sé por qué insistimos en celebrarlo.
viernes, 27 de septiembre de 2013
Esto no es movilidad sostenible
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