Ecologistas en Acción y Greenpeace consideran "una temeridad", "descabellado" y "poco realista" que el Gobierno se plantee ampliar la vida útil de las centrales nucleares de los 40 años actuales a 50 ó 60 años, tal y como ha asegurado el presidente de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa).. Estos colectivos dicen una evidencia, pero no ponen el dedo en la llaga, pues piden que no decida el gobierno sino sus lacayos del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).
Por eso desde Eguzki reflejamos lo que dicen estos colectivos, pero discrepamso y defendemos que sobre la muerte como es el riesgo de la energía nuclear, no cabe decisión política ni técnica que se imponga.
Además, insistimos en criticar el modelo energético, en el modelo de decisión en nuestro pueblo, y en la seguridad de Garoña y el resto de centrales nucleares del mundo.
El último Plan General de Residuos Radiactivos, de 2006, establece como escenario de referencia que las centrales nucleares españolas tengan 40 años de vida útil. El CSN afirma que España cuenta con seis instalaciones en explotación, de las cuales dos (Almaraz y Ascó) tienen dos unidades gemelas, es decir, cada dispone de dos reactores nucleares.
El coordinador del Área de Energía de Ecologistas en Acción, Rodrigo Irurzun, comentó que esta decisión, de llevarse a cabo, sería "una temeridad porque incrementará gravemente el riesgo de que se produzca un accidente serio".
"Hay que tener en cuenta que todos los años se producen varias decenas de incidentes por fallos de seguridad y muchas veces por errores humanos. Cuanto más obsoleta es una instalación, más fácil es que pase algo grave, más nos costará gestionar los residuos y el coste económico sería incalculable, con lo cual hay que dejar de producirlos cuanto antes", explicó.
Irurzun señaló que la prolongación de la vida útil de las centrales nucleares se sustenta en que "no se va a construir ninguna en España porque son muy caras y hace falta mucho capital que hay que recuperar a largo plazo".
Sin embargo, destacó que la ampliación de la vida "no depende del Gobierno", sino del CSN, que renueva los permisos de funcionamiento según el estado de seguridad de las instalaciones. "Los criterios de seguridad en Europa son ahora más estrictos después del accidente de Fukushima de 2011. En general, la energía nuclear es insegura y cuanto más obsoletas son las instalaciones, más insegura es y más peligro hay", apostilló.
Por su parte, la responsable de la Campaña de Energía de Greenpeace, Raquel Montón, precisó que la ampliación de las centrales nucleares, "más allá de las declaraciones políticas de unos y otros, depende del Consejo de Seguridad Nuclear, que es un organismo independiente".
Montón enmarcó las declaraciones de Gil-Ortega en "la propaganda de sacar este tema en los medios de comunicación ante el problemón del sistema eléctrico, con el problema del déficit de tarifa que el Gobierno es incapaz de corregir".
Subrayó que la Comisión Europea lanzó la pasada semana su propuesta energética hasta 2030 con el objetivo de que un 27% de la energía proceda de fuentes renovables, de manera que "la ampliación y la extensión del parque nuclear en Europa va en franco retroceso. La cosa en Europa, ni económica ni medioambientalmente, no va por la ampliación de la vida de las nucleares".
A este respecto, tildó de "descabellado y muy poco realista" que las centrales nucleares prolonguen su vida útil cuando, además, "las nuevas pruebas de resistencia que se han hecho en Europa tras el accidente de Fukushima o las nuevas necesidades de seguridad o de diseño de las centrales nucleares que se han construido en los últimos años distan mucho de las condiciones de seguridad y de entorno de las anteriores".
Ecologistas y EQUO muestran "total" rechazo a ampliar El Cabril (Córdoba) por el incremento de "riesgo" humano y natural
La organización Ecologistas en Acción y la formación política EQUO han manifestado su "total" rechazo a las pretensiones de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) de duplicar las celdas de almacenamiento de residuos radiactivos de media y baja actividad en el cementerio nuclear de El Cabril (Córdoba) por el incremento del "riesgo" para las personas y ecosistemas que supone esta ampliación.
En un comunicado conjunto, Ecologistas y EQUO han expuesto que, según los planes de Enresa, el recinto almacenará los residuos procedentes de la actividad de las centrales nucleares del país, los resultantes del desmantelamiento de todas estas instalaciones y los que se pudieran derivar de posibles accidentes. Para ello, el ente estatal necesita al menos "cuadruplicar" la capacidad de las existentes en este momento en el cementerio nuclear de El Cabril, "y que están a punto de llenarse totalmente".
Para ambos colectivos, esta ampliación tendrá como consecuencia "miles de transportes de residuos radiactivos y cientos de miles de kilómetros recorridos por las carreteras españolas, con el consiguiente riesgo para la ciudadanía".
"Una importante fracción de estos transportes está formado por bidones radiantes; en caso de accidente, sin que tan siquiera sufrieran deterioro, la radiación que sufriría un menor de 18 años que los curioseara un solo minuto superaría la máxima dosis total permisible legalmente para un año", advierten.
Por otra parte, Ecologistas en Acción y EQUO lamentan que la decisión tomada en los últimos días por el Gobierno de prolongar la actividad de la central de Garoña "incrementará el riesgo de accidentes en la misma y la cantidad de basura radiactiva a gestionar". Ambas organizaciones afirman que "no es admisible el mercadeo del riesgo de los residuos por dinero" y que este riesgo se prolongará "no menos de 300 años", atentando a la salud de las futuras generaciones.
Han mantenido que se puede eliminar el riesgo que supone la actividad de las centrales nucleares y el incremento de residuos radiactivos con un modelo energético exclusivamente basado en fuentes renovables, "especialmente indicado en nuestro país por sus condiciones geográficas". Este nuevo modelo llevaría asociada la creación de un importante número de puestos de trabajo de alta calidad y de la liberación de la balanza de pagos de la "pesada" carga que suponen las importaciones energéticas.
Por último, Ecologistas en Acción y EQUO consideran la convocatoria de movilizaciones para expresar su rechazo a esta ampliación y a la propia existencia del cementerio nuclear de El Cabril.
Greenpeace insiste en priorizar "máxima seguridad" en El Cabril y cree que la ampliación suena "sólo a deseos"
La organización ecologista Greenpeace se ha posicionado sobre la duplicación de capacidad del almacén de residuos radiactivos de baja y media capacidad de El Cabril, en el término de Hornachuelos (Córdoba), anunciada por la Empresa Nacional de Residuos (Enresa), incidiendo en la necesidad de priorizar la "máxima seguridad" y señalando que las pretensiones expuestas por el ente estatal suenan "sólo a deseos".
La portavoz estatal de Energía Nuclear de Greenpeace, Raquel Montón, ha precisado que dicho proyecto debe someterse a tramitaciones, entre otras de autorización ambiental, y a la participación pública en un proceso amparado por las directrices que marque el Consejo de Seguridad Nuclear.
"Son procedimientos que duran años", ha indicado Montón, que ha recordado que la duplicación de capacidad a la que ha aludido Enresa no es por ello "un mero trámite" y que, en este sentido, "no está todo dicho", puesto que "si el Consejo de Seguridad Nuclear encuentra algún tipo de incumplimiento en materia de seguridad, y ya en otras ocasiones ha aludido a algunas carencias, podría no llevarse a cabo esta iniciativa".
En cualquier caso, la portavoz de Greenpeace ha recordado que cualquier proyecto de esta índole debe estar sometido a "todas las consideraciones medioambientales y el máximo de seguridad", y ha defendido que "la solución real y cierta a estas problemáticas es, en primer lugar, dejar de producir estos residuos, tal y como venimos defendiendo desde hace años en una demanda histórica".
"Lo que hay que hacer mientras la industria nuclear no encuentre una solución es almacenarlos de la forma más segura", ha agregado Montón, mostrándose partidaria de que los residuos no se desplacen mucho más allá del sitio donde se producen, para no someterlos a ningún potencial accidente logístico.
Según ha asegurado, todo se traduce en una cuestión económica, puesto que "cuanto mayor es la seguridad más caro resulta para el que realiza el proyecto", si bien "mantenemos esa exigencia máxima en todos los casos, y más aún en los de residuos radiactivos".
Para Montón, lo expuesto por Enresa "suena a hablar muy a futuro, a intentar mover algo sin fundamentos, con una necesidad basada en nada", recordando además que el Plan de Gestión de Residuos de España "no prevé una ampliación de El Cabril al doble de su capacidad
martes, 28 de enero de 2014
Califican de "una temeridad" que el Gobierno estudie ampliar la vida de las nucleares a 50 ó 60 años
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